En México, casi 20 mil personas enfermas viven en espera de un trasplante de órgano o tejido, según datos del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) de la Secretaría de Salud. De ellas, más de 11 mil requieren un riñón, alrededor de 7 mil una córnea y aproximadamente 2 mil requieren un hígado, corazón, injertos entre otros.
La donación de órganos en México es un proceso que aún se encuentra en aceptación cultural, una persona muerta puede salvar hasta 60 vidas según el Centro Nacional de Trasplantes; Artrolife empresa preocupada por el bienestar de los mexicanos, cuenta con Injertos Biológicos Humanos para mejorar la calidad de vida en el país.
Todas las donaciones conllevan un proceso y Artrolife importa productos con un índice de cero infecciones gracias al especial cuidado en el tratamiento que se da a los injertos. Paula Salazar, directora de Artrolife al explicar el proceso de extracción de injertos de huesos y tendones, puntualiza que es importante el traslado a un entorno óptimo para garantizar su conservación, “extraemos injertos y los mantenemos a -80°C para realizar las pruebas pertinentes, que nos permite garantizar un porcentaje de cero infecciones, el proceso de pruebas que conlleva es de 6 meses en su totalidad”.
Para garantizar el buen uso y finalidad de las partes extraídas, se cumplen ciertas normas y registros que permiten rastrearlas hasta llegar al donatario, contando con el expediente completo en el Sistema Informático del Registro Nacional de Trasplantes. Es muy importante que los pacientes que se sometan a este proceso investiguen de donde proviene su injerto, tener la seguridad de que éste es una buena opción y que de verdad mejorará su calidad de vida.
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